El sol pone una ojera violácea en el alero de las casas, apergamina
la epidermis de las camisas ahorcadas en medio de la calle.
¡Ventanas con aliento y labios de mujer!
Pasan perros con caderas de bailarín. Chulos con los pantalones
lustrados al betún. Jamelgos que el domingo se arrancarán las tripas
en la plaza de toros.
¡Los patios fabrican azahares y noviazgos!
Hay una capa prendida a una reja con crispaciones de murciélago.
Un cura de Zurbarán, que vende a un anticuario una casulla robada
en la sacristía. Unos ojos excesivos, que sacan llagas al mirar.
Las mujeres tienen los poros abiertos como ventositas y una
temperatura
siete décimos más elevada que la normal.
miércoles, 14 de octubre de 2015
OLIVEIRO GIRONDO - CROQUIS SEVILLANO
10:50
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Sevilla, marzo, 1920.
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