jueves, 8 de octubre de 2015

OLIVERIO GIRONDO- COMUNIÓN PLENARIA















Los nervios se me adhieren 
al barro, a las paredes, 
abrazan los ramajes, 
penetran en la tierra, 
se esparcen por el aire, 
hasta alcanzar el cielo.

El mármol, los caballos 
tienen mis propias venas. 
Cualquier dolor lastima 
mi carne, mi esqueleto. 
¡Las veces que me he muerto 
al ver matar un toro!...

Si diviso una nube 
debo emprender el vuelo. 
Si una mujer se acuesta 
yo me acuesto con ella. 
Cuántas veces me he dicho: 
¿Seré yo esa piedra?

Nunca sigo un cadáver 
sin quedarme a su lado. 
Cuando ponen un huevo, 
yo también cacareo. 
Basta que alguien me piense 
para ser un recuerdo.

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